Cuando nos hacemos mayores, nos casamos y empezamos a construir una familia, solemos a empezar a entender la importancia de un Seguro de Vida. Y es que es una manera de proteger a nuestros seres queridos en caso de que nos suceda algo.
El Seguro de Vida es una protección económica. No es una inversión que se necesite inmediatamente, se trata de planificar y cuidar el futuro de las personas que amamos para garantizar que su bienestar financiero en caso de fallecimiento o enfermedad.
Aunque los seguros de vida suelen adquirirse en edad adulta, en promedio a partir de los 40 años, se pueden contratar a cualquier edad.
Aunque es importante que tomes en cuenta que la edad es un factor que puede afectar el costo y la cobertura de la póliza. Esto por un tema de “aseguramiento”; término que define el proceso utilizado por las compañías de seguros de vida y accidentes para determinar la pertinencia de una póliza.
De hecho entre los factores que toman en cuenta las aseguradoras están: la edad, sexo, condición médica, si fuma o no y sus pasatiempos y ocupaciones.
Tu edad actuarial
Las compañías de seguro de vida utilizan la denominada “edad actuarial” para establecer la tarifa de riesgo que deberá asumir al otorgarte la póliza. Es básicamente la edad que tienes de acuerdo al cumpleaños más próximo a cumplir, la hayas o no alcanzado.
Esto quiere decir que si una persona cumplió años en un periodo menor a seis meses de la fecha en la que quiere adquirir el seguro de vida, su edad actuarial es la edad cumplida; sin embargo, si el cumpleaños fue hace más de seis meses, la edad actuarial es la próxima edad a cumplir. Con este cálculo, clasifican al asegurado dentro de la póliza que contrate.
Como verás es imprescindible tener estos términos claros para escoger el seguro de vida que cumpla tus expectativas, abarcar todos los requisitos necesarios por parte de la aseguradora y hacer la inversión correcta para tu futuro.